Begoña Lafuente

18 de feb de 20222 min.

¿Te asombra que el arte siga sorprendiendo?

Actualizado: 22 de feb de 2022

¿te asombra que el arte siga sorprendiendo?

Por Begoña Lafuente

Considero la sorpresa como una forma de aprendizaje y no creo que nunca dejemos de aprender. La curiosidad es innata en el ser humano y con ella la búsqueda de la gratificación en cada nuevo descubrimiento. Estamos predispuestos a sorprendernos.

Cada uno de nosotros es un mundo y nos comportamos de forma diferente ante lo que nos rodea. Nuestras experiencias pasadas, las conexiones que hacemos entre una vivencia y la próxima y la memoria, que se ve afectada de forma continua por la afectividad y el estado de ánimo que cambia la percepción de la realidad. “Tu realidad y tu ahora” miran tu cuadro del salón y lo hacen más atractivo después de la visita a cierta exposición, la lectura de un buen libro, o simplemente descubriste matices que se te pasaron por alto por un cambio de luz.

Bien es cierto que nos vemos sometidos a un bombardeo continuo de información y el arte forma parte de nuestra vida cotidiana delante de una pantalla. El acceso a “San Google” al que nos encomendamos con frecuencia, la conectividad que te ofrece Pinterest, Instagram y un cada vez más largo etcétera de fuentes en la red, cultiva la mirada pero satura hasta la saciedad. El Déjà vu y la urgencia por la novedad van de la mano.

Dicho esto, personalmente creo que es la experiencia de lo directo e in situ lo que hace que la situación cambie, porque te envuelve el espacio y tú eres parte de ese espacio que modificas con tu presencia. El poder patear una ciudad antes de ver una exposición y disfrutar de todo el entorno, la posibilidad de ver una obra de arte única en el mundo, de un artista que has podido seguir a lo largo del tiempo en diferentes espacios y has descubierto una y otra vez con ojos nuevos, crea un lazo afectivo con esas piezas porque te producen placer. En definitiva la obra tiene para ti una entidad unida a la tuya propia y es en cierto modo un poco tuya.

¿Y si además puede ser realmente tuya y has conocido al artista?. Entonces todo el elemento de sorpresa y descubrimiento se ve reforzado por la experiencia no poco gratificante de la exclusividad. Es el galerista un actor fundamental al crear una atmósfera donde esto puede suceder.

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